El Tarallo Típico Napolitano es una auténtica delicia de la tradición culinaria napolitana, elaborada con pocos y sencillos ingredientes que realzan su sabor genuino. La receta clásica prevé el uso de manteca de cerdo, almendras, harina, agua, sal y pimienta, combinados magistralmente para crear un producto fragante y sabroso.
Harina de trigo blando tipo 00, agua, manteca de cerdo, almendras, sal, pimienta, extracto de malta (cebada), emulsionante: lecitina de soja.
El napolitano "nzogna e pepe" es la comida callejera por excelencia de Nápoles. Nació en el siglo XVIII, como alimento de los pobres, cuando los panaderos, reacios a tirar los restos de la masa del pan, añadieron manteca de cerdo y pimienta. Se convirtió en una alternativa económica al pan con la ventaja de ser muy saciante. A principios del siglo XIX, el tarallo se enriqueció con la deliciosa almendra tostada.
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Se debe a Pino Daniele la popularización de esta delicia con la canción "Fortunato", dedicada a Fortunato o' tarallaro, un vendedor ambulante del centro histórico de Nápoles. "Simme fernut a taralluc e vino" es la típica frase napolitana que describe la atmósfera cordial y serena que se establece entre amigos que charlan de cualquier cosa. El tarallo napolitano se convierte así en un aperitivo, un delicioso tentempié o una comida rápida, siendo una útil opción para saciar el hambre gracias al aporte calórico debido a la manteca de cerdo (grasa de cerdo).
Recomendamos degustar los taralli calientes, para dejar que se libere la fragancia, el sabor decidido de la pimienta, el persistente olor de la manteca de cerdo y apreciar plenamente la crocancia de las almendras tostadas, acompañado de una espumosa cerveza. No en vano se dice que "la cerveza es la muerte del tarallo" - descubre nuestra mejor selección de cervezas.
La friabilidad hace del tarallo un excelente ingrediente para primeros platos típicos de la cocina napolitana:
El Tarallo Típico Napolitano es una auténtica delicia de la tradición culinaria napolitana, elaborada con pocos y sencillos ingredientes que realzan su sabor genuino. La receta clásica prevé el uso de manteca de cerdo, almendras, harina, agua, sal y pimienta, combinados magistralmente para crear un producto fragante y sabroso.
